La música es mucho más que sólo música


por Miguel Ángel Cano


¿Sabías que la música es mucho más que melodías y acordes? Aquí te damos siete razones:

1.   La música es integral:

Cuando hablamos de música no podemos separar las dimensiones de lo físico, lo emocional y lo espiritual. Experimentar música significa construir integralmente en el desarrollo de nosotros mismos, así como en el desarrollo de nuestras comunidades.

Hobson lo afirma: “La participación en actividades musicales puede ayudar a optimizar el razonamiento y resolución de problemas, pensamiento lateral y memoria, administración del tiempo y elocuencia, habilidades sociales y de trabajo en equipo, eso sin mencionar el impacto que la música puede tener para transformar la vida de una persona”


2.   La música es el lenguaje de nuestras vidas:

“La música empieza donde se acaba el lenguaje.” E.T.A. Hoffmann (1776-1822) Escritor, pintor y músico alemán.

En la actualidad existe una discrepancia entre si la música se considera un lenguaje universal o no. Es verdad que carece de contenido semántico, pero no por ello se puede negar que la música sea un lenguaje, ya que sí existe una comunicación y una expresión, con sus códigos específicos de representación e interpretación.

Durante siglos, hemos utilizado la música, para expresar mensajes al mundo, de lo que    creemos, de lo que somos y de lo que sentimos. Entender la música sin apreciar la comunicación que se deriva de ella, es un gesto de infravalorarla.


3.   La música nos conecta espiritualmente con Dios:

La iglesia, desde sus orígenes, ha entendido la dimensión comunicativa de la música y ha incorporado ésta como un elemento básico en su liturgia. No sólo por su capacidad de hacer del contenido (la letra), un discurso más personal, más cercano y comunitario, sino también por su dimensión espiritual. La música no se limita a transmitir sentimientos en su total pureza, sino es capaz de romper esta barrera y convertirse en una forma otorgada por Dios para la expresión de adoración hacia Él.

Ya lo decía el mismo Bach: “El único propósito y razón final de toda la música debería ser la gloria de Dios y el alivio del espíritu”.


4.   La música nos une:

Dice Paul Hindemith (compositor y violinista alemán: 1895-1963): “No puede haber enemistad entre quienes componen música juntos, al menos mientras dure esa música.”

La música es uno de los mejores contextos naturales que provocan desarrollo de comunidades. En otras palabras: las personas que cantan en un coro o tocan en un mismo grupo musical, presentan vínculos más fuertes de lo habitual y establecen más rápidamente relaciones significativas y corporativismo.


5.   La música nos hace mejores ciudadanos:

“La Música debe ser reconocida como un agente social del desarrollo en el mayor de los sentidos, porque ésta transmite los más altos valores, solidaridad, armonía, compasión mutua. Y ésta tiene la habilidad de unir una comunidad entera y de expresar pensamiento sublimes”. José Antonio Abreu.

Cuando compartimos música permitimos, de forma natural, se promuevan los valores más genuinos. La experiencia artística comunitaria nos inspira a integrar en nosotros mismos, y con los demás; el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la paz, etc.


6. La música construye cultura:

La música es un lenguaje hecho arte, aún más expresivo si cabe que la misma lengua. Por tanto, se trata de uno de los mejores contextos donde el hombre ha sido capaz de plasmar, de forma destacada, tanto ideas, sentimientos e ideologías.

La música brota de la forma de vida de un pueblo, y es a través de ella cómo podemos conocer, valorar y respetar, la identidad y las características culturales de éste. "El artista es el articulador de las creencias compartidas, pues una gran obra contribuye a la visión que tenemos de la vida" H. W. Janson.


7. La música genera esperanza:

La música siempre ha estado vinculada a los cambios sociales, actuando como bandera y en representación para el cambio. Fue la canción protesta en los años sesenta una clara expresión de esta realidad. La cantautora Joan Baez, lo describe de esta forma: "Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella".




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