Regalos de navidad


Por: Gerardo Meza

En estas fechas se habla mucho de regalos, tal vez demasiado, es por eso que quisiera llevar tu atención a otro tipo de regalos. Te invito a recordar ese fabuloso encuentro de los sabios del oriente con José, María y el niño Jesús, estos sabios sí que trajeron regalos especiales para el niño. Oro, Incienso y Mirra. Cada uno de ellos esconde una profundidad impresionante.  

El oro estaba asociado a la realeza, los viajantes sabían que ese bebé estaba destinado a reinar, habían seguido la estrella de una profecía antigua que hablaba de un Rey. En palabras del profeta Daniel sobre el mesías esperado: “… y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron! ¡Su dominio es un dominio eterno, que no pasará, y su REINO jamás será destruido!” [Daniel 7:14 - NVI].

El incienso era un elemento aromático utilizado en la adoración. Simboliza tanto la tarea sacerdotal como la divinidad misma. Ellos tenían la seguridad de que el niño no sería sólo un mediador ante Dios, sino Dios mismo. El libro de Isaías anunciaba:“Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, DIOS fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” [Isaías 9:6 - NVI].


Finalmente la mirra. Es entendible que trajeran el más preciado de los metales y de los perfumes, pero… ¿por qué traer un obsequio de sabor amargo? Esta sustancia resinosa se utilizaba como medicina y como ungüento para embalsamar a los muertos. Los sabios sabían que estaban frente a un futuro Rey, Dios mismo, pero también sabían que vestía el frágil cuerpo de un ser humano y que iba a morir. El profeta también había escrito: “A nadie le importó que muriera sin descendientes; ni que le quitaran la vida a mitad de camino. Pero lo hirieron de muerte por la rebelión de mi pueblo. Él no había hecho nada malo, y jamás había engañado a nadie. Pero fue enterrado como un criminal: fue puesto en la tumba de un hombre rico.” [Isaías 53:8-9 - NTV].

De esto se trata la navidad, de pensar en Jesús y lo que representa para toda la humanidad. Jesús es el misterio de la encarnación divina y el milagro de la salvación humana. No menos que eso, un Rey y un Dios dispuesto a vivir en medio nuestro y a morir por nosotros. Estoy convencido de que el mejor regalo que podemos darle al Señor es nuestro corazón, no sólo en estas fiestas, sino regalárselo cada día, diariamente intentar vivir como Él vivió. Mientras caminó nuestras calles fue probado en el fuego como el oro y en todo nos dio el ejemplo. Así como el incienso es quemado para liberar su aroma, sufrió castigo aún siendo inocente, simplemente por su amor hacia nosotros. Su tarea fue amarga como la mirra, pero completada sin fallas. Ahora nos toca a cada uno de nosotros, ser sal y luz como nos pidió, ser sus pies y sus manos, ser sus testigos, ser su iglesia. ¡Feliz Navidad!

________________________________________

PARA COMPARTIR EN TUS REDES:

 “Jesús es el misterio de la encarnación divina y el milagro de la salvación humana.”

Inst: @gerardomeza10 @institutocanzion #ExperienciaICZ #Ensancha19

Tw: @gerardomeza10 @ICZglobal #ExperienciaICZ #Ensancha19 1 



Volver