Si hay un versículo que podría decirte que me “traumó” en mi infancia fue Mateo 7:22-23 en el que Jesús da el ejemplo de muchos que a pesar de hacer maravillas en el nombre de Jesús igualmente escucharon “apártense de mí, hacedores de maldad”. ¡Qué susto escuchar eso a los siete años! ¡Al hablar del tema con mis amistades me di cuenta que no fui el único!
Hoy veo la inmensa importancia de este versículo porque nos ayuda a darnos cuenta de que una cosa es ser usado por Dios y una muy diferente es ser aprobado por Dios. ¿Cómo sabemos si estamos siendo usados por Dios? Es una pregunta que podemos responder con cierto grado de facilidad: Puede verse en nuevas almas, vidas tocadas, buenos comentarios de la gente, etc.
Pero cuando se pregunta ¿Cómo sabemos si estamos aprobados por Dios? Las respuestas parecen escasear.
David fue imparable. Desde su infancia enfrentó todo tipo de peligros y fue el líder de Israel en el periodo de mayor expansión de la historia de Israel. David no fue un hombre perfecto, la misma Biblia nos da ejemplos de su humanidad, no obstante fue descrito como un joven conforme al corazón de Dios. Una característica en particular en la que quisiera que medites la podemos encontrar en el Salmo 27:8-9. Una y otra vez David busca el rostro de Dios. En las buenas y en las no tan buenas, vemos a un hombre cuyo mayor deseo era conocer a su creador y estar con Él. ¿Cómo saber si estamos aprobados delante de Dios? ¡Porque continuamente estamos delante de Él!
No es coincidencia que David y José, hombres que enfrentaron numerosas dificultades y que a los ojos de los hombres no eran de gran valor, surgieron victoriosos y marcaron la historia como líderes imparables. La clave en ambos la verás una y otra vez en la Palabra “Y Dios estaba con él”.
No nos limitemos a que Él obre a través de nosotros, imagina todo lo que Él puede y quiere hacer EN ti. Busca su rostro de día y de noche, sé imparable y marca la diferencia que este mundo necesita sabiendo que el mismo Dios de David y José hoy está contigo.
”Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.“ 1 Corintios 15:58 NVI
En algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido incapaces de hacer algo, llegar a una meta o cumplir un sueño. Pensamos que eso que está en nuestro corazón es imposible. Vemos nuestras finanzas y pensamos “cómo empezar esto si no me alcanza para esto?”Alguien rompe tu confianza y piensas, “como podré confiar en otra persona si ella o el eran mis mejores amigos? Perdemos un ser querido y pensamos, “nunca volveré a ser el mismo.”
Tenemos un sueño de estudiar, pero no hay suficiente recursos y necesito trabajar. Tengo estos sueños pero mi condición física no me lo permite.
Toma unos segundos y llena el espacio y piensa por un momento que es lo que te detiene? ¿Cuál es la montaña en frente de ti?
Hay un estudiante dentro de ICZ que me inspira mucho. Su nombre es Ángel. Hace un tiempo atrás el nos escribió para decirnos que su sueño más grande era estudiar en Instituto Canzion. Al ver sus videos y fotos me di cuenta que Ángel no tenía brazos. Nunca habíamos tenido una situación así y de pronto pensé, los maestros no están capacitados para tener un estudiante con esta necesidad, como podemos ayudarlo?
Una larga historia corta, Ángel entró a estudiar en ICZ Colombia, toca piano y canta. Y hoy en día sigue estudiando en ICZ Venezuela. Me inspira ver su espíritu positivo, ver que lo que podría impedir que siga avanzado realmente es solo el combustible que lo lleva hacia delante a conquistar sus sueños. Ángel realmente es imparable! No hay nada en esta vida que tú y yo no podamos superar, alcanzar y lograr.
Tú y yo podemos ser imparables, si ponemos nuestra confianza en Dios y nuestra mirada en lo que queremos realizar.
Te ánimo a que tomes un momento y le entregues a Dios tus pensamientos. Que saques de tu mente las voces que te dicen que no llegarás, no lo lograrás, nunca saldrás de esta situación. ¡Eres imparable si realmente lo puedes creer!.