Por: Christian Falla
"Una Simple oración"... Digo simple y lo encierro en comillas porque pareciera que la oración es la salida más sencilla o el puesto más cómodo cuando se hablan temas de misiones, ya que el IR y DAR involucra más que la buena voluntad; pareciera que orar por las misiones se resume en cerrar los ojos, una pequeña concentración y un gran amén, y listos… Calmamos nuestra conciencia y somos buenos cristianos.
Hace unos días, tuve la oportunidad de recibir un pastor y amigo que trabaja en el mundo musulmán y se involucra en todos los países del Medio Oriente y China. Me gusta invitarlo siempre a un café porque desafía mi fe, me hace preguntarme si en verdad amo a Dios, si en verdad Dios es mi todo o solo un accesorio en mí vida, si mi fe es en verdad una convicción inamovible o solo un idealismo cómodo en mi entorno.
Mi amigo empieza a contar historias, y yo me acomodo con mi café, sabiendo que en las próximas horas seré desafiado. Las cuenta en primera persona porque no son historias que alguien más le contó o escuchó, él ha sido el protagonista, es tan vulnerable que muestra sus alegrías y frustraciones, son tan reales y con tanto detalle que me trasporta a lo que él vive y me hace sincronizar con lo que es vivir en realidad la fe.
Mientras estás leyendo esto, hay misioneros que están dando su vida y su familia, que aceptan el llamado de dejarlo todo, que inician una nueva vida en alguno de estos países, pese a que ver el fruto de su sacrificio transcultural será muy lento, ya que a veces, pueden pasar años antes de ganar a uno. Son personas que se reúnen a adorar en escondites o en subterraneos para que nadie los vea, pues si los ven pueden ser enjuiciados; no tienen grandes luces, solo una bombilla, no tienen todos los comentarios bíblicos y versiones, algunos solo unas pocas hojas.
Soy tan conmovido que le pregunto mirándolo a los ojos, con la voluntad de ayudar con todo lo que soy: ¿cómo puedo ayudar? Y su respuesta es: “¿de verdad quieres ayudar?”, -le dije-: ¡si!, quiero hacerlo. Así que me dijo: ORA. Me quedé mirándolo como esperando a que me dijera algo más, porque esperaba un desafío “más grande”, así que le dije: “pastor quiero hacer algo mas que una simple oración”, pero mientras lo decía, yo mismo comprendía que una “simple” oración es uno de los recursos más valiosos para ayudar a estos héroes.
No quiero con esto decir qué es más, o qué es menos importante, pero ese día pude entender que a través de la oración podemos extendernos en tiempo real a esos misioneros que están en campo, podemos orar y ser parte de su misión; a muchos no los conoceremos, a otros tardaría mucho en llegarles una ayuda que quisiéramos enviar, pero podemos orar y pedir a Dios para que nuestros hermanos sean fortalecidos y tengan la oportunidad de predicar.
Por eso, te invito a que ores con la certeza que Dios te escucha, pidiéndole a Dios que ponga en tu corazón ciudades o países, para que seas parte de lo que Dios está haciendo, incluso el Señor pondrá hasta nombres de misioneros que no conoces.
Pablo decía: "Y oren también por mí. Pídanle a Dios que me dé las palabras adecuadas para poder explicar con valor su misterioso plan: que la Buena Noticia es para judíos y gentiles por igual." Efesios 6:19-20 (NTV); Y además, también nos invitó a recordar: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes." Efesios 6:12 (RVR1960).
Hoy te desafío a que levantes una simple pero poderosa oración.
¿Quieres realizar una donación para que Instituto CanZion continúe con sus iniciativas misionales en África y Venezuela? ¡Tu ayuda marcará una diferencia!