Música: ¿Cristiana o No Cristiana?


Creo que no hay músico cristiano que no se haya preguntado si la música es cristiana o no cristiana. La respuesta creo que es bien sencilla, aunque por ello no deja de ser interesante.

La música en sí, no es ni cristiana ni no cristiana, es una expresión neutra, donde intervienen fines, contenidos, creadores y ejecutores que pueden ser o no cristianos. Esto mismo ocurre con otras profesiones. Nadie diría que el trabajo que un médico cristiano realiza en un hospital es medicina cristiana, o de un maestro, o un bombero. Aunque si es verdad, que las profesiones artísticas son también medios de expresión y comunicación, y cuando un pintor o un músico trabajan en una obra, además del acto creativo, se produce una comunicación entre el artista y su público. Este fenómeno provoca que la música a igual que las otras artes tengan un matiz relevante. Aún más, el crecimiento de la música de alabanza ha sido tan grande en los últimos años, que podemos hablar ya de una sección de música hecha por cristianos y para uso de cristianos, y tal vez desde este ángulo podríamos argumentar el sí a la música cristiana, aunque creo que limitaríamos nuestra percepción al respecto, pues hay muchos músicos cristianos que no hacen música para la alabanza o para campañas evangelísticas, pero no por eso su música deja de estar ligada a su FE.

En la Palabra, la música ocupa un papel importante en una época del pueblo de Israel, donde su expresión espiritual estaba ligada a ella. Son muchos los ejemplos antiguo testamentarios que nos muestran el uso de la música para la adoración, para la expresión de la alabanza comunitaria y personal, pero en ningún momento la Palabra enseña el uso de la música exclusivamente para este fin religioso.

Por otro lado, y como músicos, no es posible desconectar la música de la identidad de sus creadores, pues se convierte en una expresión de su cosmovisión, de sus gustos, de su experiencia, etc. Aunque un músico no hable directamente en sus canciones de su filosofía de vida, ésta llega a percibirse entrelíneas, en su carácter, en su manera de describir las cosas, en su poesía, y un largo etc.

Déjame ponerte un ejemplo: la cantante gallega Luz Casal, de pop-rock, una de las solistas más valoradas de la música popular española. Tras sus éxitos dentro del país en los años ochenta, logró fama internacional, especialmente en Francia, sobre todo tras incluirse dos de sus temas en la película Tacones lejanos, de Pedro Almodóvar. Es interesante observar, que aunque no todas sus canciones hablan de feminismo, es fácil percibirlo, cuando escuchas sus canciones, entrevistas en la tele, comentarios en los conciertos, etc.

Al mismo tiempo, el cristiano no puede esconder su identidad, dice la Palabra en Mateo 7:20, que podremos conocer a los de Cristo por sus obras. Tú música sea en un contexto cristiano o no, sea con letra más o menos cristiana, debe reflejar tu vivencia y relación con Jesús.

No estoy diciendo que nuestras letras tengan que tener siempre un mensaje directo y evangelístico, incluso ya hemos acuñado todo un argot religioso en nuestras líricas para comunicar ésto que sólo nosotros entendemos. Estoy convencido de que reflejar a Cristo en nuestras canciones es también transmitir nuestros valores, es también mostrar la esperanza que el creyente tiene en la vida. La gente está cansada de oír teoría, pero quiere ver y necesita conocer nuestro estilo de vida. Por eso SE TU MISMO, con naturalidad defiende tu identidad, sin esconder quién eres y sin utilizar artificialidades religiosas.

Siempre que me invitan a compartir cuento este detalle: En mi opinión, la canción “más cristiana” en España en el 2005 fue un tema de Presuntos Implicados. La gente se echa las manos a la cabeza recordándome que este grupo ni siquiera es cristiano. Presuntos publicó una canción, en su disco: Postales, que se titulaba “Tenemos que hablar” y cuenta la historia de un matrimonio que después de meses de separación deciden volver, pensando en los niños, en sus vidas, etc. ESTO ES TAMBIEN EVANGELIO, es la ejemplificación del mensaje. Tal vez ellos no llamen a esto cristianismo pero lo están experimentando. La institución de la familia ha sido diseñada por Dios, el perdón y la restauración son las acciones preciosas a las que la Iglesia está llamada a vivir y compartir.

Tal vez es momento de plantearte un sincero cambio de enfoque: no se trata de convencer a la gente con más teoría del Evangelio, se trata de ayudar a la gente a experimentar un Evangelio que les estimule a querer descubrir aquello que puede cambiar sus vidas. Si no somos nosotros los que animamos a experimentar los valores de la Palabra ¿quién lo hará? Si nuestras canciones no llevan un mensaje de esperanza y de cómo experimentarla ¿quién lo hará?

Desde hace años me dedico en España a cuidar que lo músicos cristianos vivan en coherencia con sus valores, vivan en coherencia con el Evangelio, ayudándoles de una forma natural a que su música, como reflejo continuo de sus vidas, marque una diferencia en la sociedad.

Y desde el ángulo del oyente, ¿cómo debe ser nuestra percepción de la música como cristianos?

Durante las últimas décadas la música se ha usado como medio de expresión de movimientos sociales, ideologías, etc. y es a veces difícil separar la música de una determinada corriente social o pensamiento filosófico, religioso o político. Es por eso que en muchos casos los estilos musicales están asociados a una cultura determinada, con unos valores concretos que se reflejan de forma natural en la expresión artística que se produce. Esto pasa con el rap, con el pop, con el metal, y otros muchos estilos, pero la pregunta es: ¿podemos entonces escuchar música que no es interpretada por cristianos? o ¿debemos limitarnos a la música hecha por cristianos?

Dice Bono el vocalista de U2: Según la música POP, todo esta bien, y según el ROCK todo está mal, pero tú puedes cambiarlo.

Claro que podemos y debemos disfrutar de toda la música, lo importante es desarrollar un espíritu crítico frente a la cultura que rodea a un estilo musical y ser capaz de confrontar sus valores con los de las escrituras. Déjame explicártelo mejor: Por años me encantó la música de Metallica, sobre todo su concierto de rock sinfónico en San Francisco. Creo que es una verdadera obra de arte en cuanto a cómo combinar la música clasica y el metal. Además el proyecto de ingeniería de sonido es más que brillante. El que me guste su música no indica que comparta su estilo de vida o sus valores, de hecho intento conocer de forma respetuosa que hay detrás de su música y, aun no siendo una de las bandas más controversiales, hay cosas con las que discrepo.

Nadie nos obliga a escuchar o no escuchar, la clave está en tu capacidad de valorar lo que sí o no te conviene. Es saber proteger tu fe frente a otras cosmovisiones y ésto nos obliga a entender con profundidad lo que creemos y lo que somos.

En definitiva un creyente maduro está por encima de las subculturas que emanan de la música, pues ya ha encontrado a Cristo. Y disfruta de la música con un sentido crítico teniendo claro su identidad como cristiano.